jueves, 20 de mayo de 2010

Espalda

Abdominales inferiores: Báscula pélvica de pie


Apóyese firme contra una pared. Observará que sus nalgas están en contacto con la pared, pero, por encima de ellas, la columna lumbar forma un arco que no la toca.
Desde esa posición de partida, el movimiento que debe hacer consiste en conseguir que su columna lumbar toque la pared. Para eso debe bascular la pelvis, es decir, contraer el vientre (los abdominales) llevando las nalgas hacia arriba y adelante. Al hacerlo es probable que note que se levantan los talones y se queda apoyado en las puntas de sus pies, o que flexiona un poco las rodillas. Eso es normal.
Una vez haya conseguido que la columna lumbar se apoye contra la pared, aguante la posición durante unos 5 segundos. Luego vuelva a la posición de partida y repita el movimiento hasta terminar la serie.


Abdominales inferiores: Báscula pélvica en decúbito
Acuéstese boca arriba ("decúbito supino") con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies apoyadas. Observará que la mayor parte de su espalda está apoyada contra el suelo, pero que la zona baja de la espalda (la zona lumbar) forma un arco que no está apoyado.
Desde esa posición de partida, el ejercicio consiste en conseguir que la columna lumbar llegue a tocar el suelo. Para eso debe bascular la pelvis, es decir, contraer el vientre (los abdominales) y, al hacerlo, notará que las nalgas se mueven hacia arriba.
Una vez haya conseguido que la columna lumbar se apoye contra el suelo, aguante la posición unos 5 segundos. Luego vuelva a la posición de partida y repita el movimiento hasta terminarla.




Abdominales inferiores: Balanceo de rodillas
Túmbese boca arriba (decúbito supino) con las rodillas flexionadas, la planta de los pies apoyadas en el suelo y los brazos estirados y las manos apoyadas, con las palmas contra el suelo, junto a sus muslos. Si le es más cómodo, sus manos pueden también estar cruzadas detrás de su cabeza, sin hacer fuerza hacia adelante. Compruebe que toda la columna está firmemente apoyada contra el suelo.
Mírese el ombligo, para forzarse a flexionar hacia adelante el cuello y apoyar toda la espalda en el suelo. Puede mantener la cabeza apoyada en una almohada o cojín; el objetivo es mantener esa posición de la forma que le sea más cómoda.
Ahora levante sus rodillas en dirección a sus hombros. Es normal que sus rodillas no puedan llegar a alcanzarlos.
Desde esa posición de partida, fije la parte superior del tronco y la cabeza y, sin que se muevan, eleve lentamente las nalgas del suelo, verticalmente hacia arriba, balanceándolas y haciendo que en cada balanceo sus rodillas se acerquen a sus hombros. Una vez que alcance la posición en la que las nalgas estén lo más elevadas posible, aguante esa postura un mínimo de 1 segundo.





Abdominales oblicuos y transversos: Rampas abdominales cruzadas
Túmbese boca arriba (decúbito supino) con la rodilla derecha flexionada, toda la planta del pie derecho apoyada en el suelo, la pierna izquierda cruzada de forma que el pie izquierdo descanse aproximadamente sobre la rodilla derecha, y las manos cruzadas detrás de la cabeza. Compruebe que toda la columna está firmemente apoyada contra el suelo.
Inspire y, sin soltar el aire, levante lentamente el hombro, dirigiendo el codo derecho hacia la parte externa de la rodilla izquierda. Cuando alcance el punto más cercano a la rodilla al que debe estar -correspondiente al que esté cuando se haya incorporado 30 grados- mantenga la posición durante un mínimo de un segundo. Después, espire mientras vuelve a la posición de partida y repita el movimiento hasta terminar la mitad de la serie a ese lado.
Después, haga el mismo movimiento al lado contrario hasta terminar la serie. Por ejemplo: 10 a la derecha, 10 a la izquierda, 10 a la derecha y 10 a la izquierda. Después, descanso. Segunda serie: 10 a la izquierda, 10 a la derecha, 10 a la izquierda, 10 a la derecha. Tercera serie; igual que la primera. Cuarta serie: igual que la segunda.
Observe que en cada serie cambia el lado por el que comienza.





Abdominales oblicuos y transversos: Rampa abdominal cruzada con flexión de cadera
Túmbese boca arriba (decúbito supino) con las rodillas flexionadas, toda la planta de los pies apoyadas en el suelo y las manos cruzadas detrás de la cabeza. Compruebe que toda la columna está firmemente apoyada contra el suelo.
Inspire y, sin soltar el aire, levante el hombro derecho, dirigiendo el codo derecho hacia la rodilla izquierda y manteniendo el codo izquierdo apoyado contra el suelo. A la vez, acerque lentamente la rodilla izquierda al codo derecho, manteniendo la pierna flexionada, hasta que el codo y la rodilla se toquen. Después, baje el pecho hasta la posición de partida mientras baja la pierna, sin volver a apoyar el pie en el suelo, sino dejándolo en suspensión. Cuando alcance la posición de partida, vuelva a iniciar el mismo movimiento al mismo lado hasta completar una serie.
Hará series de varios movimientos al mismo lado. Aumentará el número de repeticiones de cada serie a medida que mejore su entrenamiento. Por ejemplo: 10 a la derecha, 10 a la izquierda, 10 a la derecha y 10 a la izquierda. Después, descanso. Segunda serie: 10 a la izquierda, 10 a la derecha, 10 a la izquierda, 10 a la derecha. Tercera: igual que la primera. Cuarta: igual que la segunda




jueves, 6 de mayo de 2010

Shock

Es una afección potencialmente mortal que se presenta cuando el cuerpo no está recibiendo un flujo de sangre suficiente, lo cual puede causar daño en múltiples órganos. El shock requiere tratamiento médico inmediato y puede empeorar muy rápidamente.


Entre los principales tipos de shock se incluyen:
Shock cardiógeno (asociado con los problemas cardíacos)
Shock hipovolémico (causado por un volumen inadecuado de sangre)
Shock anafiláctico (causado por una reacción alérgica)
Shock séptico (asociado con las infecciones)
Shock neurógeno (ocasionado por daño al sistema nervioso)



El shock puede ser ocasionado por cualquier afección que reduzca el flujo de sangre, incluyendo:
Problemas cardíacos (como ataque cardíaco o insuficiencia cardíaca)
Reducción de la volemia (como con hemorragia profusa o deshidratación)
Cambios en los vasos sanguíneos (como en la reacción alérgica grave o infección)
Ciertos medicamentos que reducen significativamente la función cardíaca o la presión arterial
Un shock está a menudo asociado con un sangrado externo o interno profuso debido una lesión seria. Las lesiones en la columna también pueden causar shock.
El síndrome del shock tóxico es un ejemplo de un tipo de shock debido a una infección.


Una persona en shock tiene su presión arterial extremadamente baja. Dependiendo de la causa específica y el tipo de shock, los síntomas pueden incluir uno o más de los siguientes:
Ansiedad o agitación/inquietud
Labios y uñas azulados
Dolor torácico
Confusión
Mareos, vértigo o desmayo
Piel pálida, fría y pegajosa
Disminución o ausencia del gasto urinario
Sudoración profusa, piel húmeda
Pulso rápido pero débil
Respiración superficial
Pérdida del conocimiento


Primeros auxilios
Llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos) para solicitar ayuda médica inmediata.
Examine las vías respiratorias, la respiración y la circulación de la persona. Comience a dar respiración boca a boca y RCP, de ser necesario.
Incluso si la persona es capaz de respirar por sí sola, continúe verificando su frecuencia respiratoria al menos cada 5 minutos mientras llega la ayuda.
Si la persona está consciente y NO presenta una lesión en la columna, cabeza, pierna, cuello, colóquela en posición de shock. Acuéstela boca arriba y levántele las piernas aproximadamente unos 30 cm (12 pulgadas). NO le levante la cabeza. Si el hecho de levantarle las piernas le causa dolor o daño potencial, déjela en posición horizontal.
Administre los primeros auxilios apropiados para cualquier herida, lesión o enfermedad.
Mantenga a la persona caliente y cómoda y aflójele la ropa estrecha.
SI LA PERSONA VOMITA O ESTÁ BABEANDO:
Gírele la cabeza hacia un lado para que no se ahogue. Haga esto siempre y cuando NO haya sospecha de una lesión de columna.
Si se sospecha una lesión de columna, hágala "girar como un tronco", manteniendo el cuello, la cabeza y la espalda alineados y haciéndola rodar como una unidad.

NO le dé nada a la persona por vía oral, ni siquiera de comer o beber.
NO mueva a la persona si se sabe o sospecha de una lesión en la columna.
NO espere a que los síntomas del shock más leves empeoren antes de solicitar ayuda médica de emergencia.






Shock

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